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Las autoridades de turismo dicen que un 80% de los 55,000 habitantes de la isla nunca han visto un oso polar, que habitan los sectores más inaccesibles de la isla más grande del mundo.

Este territorio del Ártico se ha popularizado entre los amantes de la naturaleza, pero el transporte sigue siendo caro debido a su ubicación remota y a las largas distancias por recorrer.

Dos enormes huesos de ballena forman un arco a la entrada de la iglesia de madera azul en el pintoresco pueblo de Sisimiut, rodeado por montañas en el Círculo Ártico. Los perros ladran impacientes mientras aguardan para arrastrar los trineos.

Junto al embarcadero cercano se ve una piel de foca sobre el césped, a la espera del cazador que mató al animal. Su carne, especialmente el hígado, es considerada una delicia.

Trekking bajo cero

Lo primero que te encuentras nada más aterrizar en tierras groenlandesas, es el saludo de un guía que inmediatamente te pone en contacto con el material de la expedición y con el medio natural en el que te encuentras. Pronto, te informan de que la travesía se hará en kayak, y que no hay por qué preocuparse porque éstos son estables y anchos, por lo que no es necesario tener experiencia previa.

Sin embargo, al subirse a ellas por primera vez es inevitable tener dudas y un poco de ansiedad. En primer lugar, se hacen grupos por parejas, según el peso y la experiencia, y luego comienza una aventura emocionante y satisfactoria, sobre todo en el plano emocional, donde la convivencia y el placer de disfrutar de la naturaleza se apoderan del viajero.

El primer trayecto es hasta la península de Nugarssuk, donde se monta el primer campamento. La travesía se realiza siempre junto a la costa, en una zona sin un gran oleaje y donde los vientos suelen ser suaves.

De todas formas, sólo se navega cuando las condiciones son favorables. Todo tiene su magia. Escuchar el silencio también puede ser un placer absoluto.

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