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Todos los esfuerzos de Dinamarca, Canadá y Estados Unidos por «civilizar» a los esquimales, están dando un fruto agridulce.

Mueren menos que antes, pero los que viven, presumiblemente son menos felices que sus abuelos. No se ha encontrado para ellos el justo término medio.

Ese término que les impida morir en las garras de un oso, de hambre, de frío; pero que tampoco les permita morir de tedio, de automenosprecio o de enfermedades «civilizadas» que conocieron sólo con el blanco.

Como tantas minorías raciales, este pueblo ha sido llevado lentamente a una brillante y traicionera roca sobre el precipicio.
Los niños esquimales sacan los ojos de los pescados y se los comen crudos, con deleite. Son sus caramelos desde hace milenios.

Como esos peces sin ojos están hoy los esquimales, encandilados con las cosas engañosas del hombre blanco. Enceguecidos, no verán cuando los empujen finalmente al precipicio.

Visitar después de eso el mundo esquimal será una auténtica pesadilla. Sobre todo para quienes aprecian la belleza del género humano en la diversidad, y ven una pesadilla en la uniformidad.

Información básica

Población: Viven unas 57.000 personas.
Idioma: La lengua principal es el groenlandés occidental y la segunda, el danés. También se habla inglés y dos dialectos, inuhumiutut y tunumiutut.
Moneda: La moneda oficial es la corona danesa (DKR), que equivale a 0,16 euros.
Clima: La temperatura media anual es de –31 ºC. En invierno, se registran temperaturas que llegan a los –65 ºC. En verano, las temperaturas oscilan entre los –5 ºC y 20 ºC.

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